Wednesday, November 16, 2011

Como el pasillo solitario de la feria

No hay mucha gente hoy, y hay momentos q solitario lucen los pasillos. Adormila la tarde como una siesta y los cuerpos amodorrados, cabecean mirando sus mercade®ías. Cabecean y cabecean, en tanto el viento displicente y tibio transita por las calles aledañas y por el parque contiguo. Alguien intenta leer el periódico chicha y admirar la calatA y la sección deportes y los chismes farAnduleros.

Duermen los libros y los libreros, la tarde y los atardeceres.


Ya no vendrá Zavaleta, Reynoso llegará a firmar sus libros, Colchado presentará su reciente libro, Escribano estará divisanDo las novedades y presentando un libro, Kawide aparecerà con su premio, y Rengifo con su pasaje a Europa promocionando sus libros.

Pero a esta hora, languidece la tarde y esperamos la noChe...

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Pedro López Ganvini


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Yo compré una mujer

"El hombre, dejó de ser ermitaño y solitario"

Y ella se sentía infeliz !Es cierto! !No lo voy a negar! Sobre todo los últimos dìas -referì firme y sinvergüenza, en el atestado policial.

Una noche llegando su hombre del trabajo, vestida sensual se dio cuenta de su existencia, d su vida; lo q era y lo q hacía.
La gente no sabía mi secreto. Dlo que no me interesaban las mujeres del trabajo ni las q conocía, y a veces llamaban al trabajo. Se admiraban mi solitaria vida, pero feliz: !yo vivía feliz!

Sabía lo de la "trata de personas", de la prostitución clandestina, de jóvenes traídas con engaños del interior del país. Lo he leído y hasta en los noticieros escuchè muchas veces. El chino Tong me la pasó x el favor q le hice en el banco donde trabajo como administrador en la agencia de Vitarte (dicen q lavo dinero).

En los recientes días, ella me dijo q no podía ni quería ser un ser invisible y escondido en el departamento y llenarme de felicidad cada encuentro sexual, todas las noches. !Todas las noches! Mi departamento era su cárcel dorada, decía feliz, las veces q evocaba imágenes q rasgaban su vida...

Ese viernes llegué de madrugada, sabiendo del festín q me esperaba. Aquel banquete de carne fresca, tierna y ya experta en atenciones sexuales. Un año de nueva vida festejaríamos hasta el nuevo día.
Estaba muerta y en una hoja decía: "no nací xa vivir así... Gracias x haberme sacado de ese infierno, en mi ambición adolescente me equivoqué... Así no quiero la vida"
Allí había una foto, en la selva, de su numerosa y humilde familia.

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Amores burros y otros amores de Pedro López Ganvini

Nueva Publicación ¡ Listo !!! Se aproxima el mes del amor , y este poemario tenía que ver la luz. Amores burros y otros amores 𝑷𝒆𝒅𝒓𝒐 𝑳...